COMUNICADO DE PRENSA DGAM/CCS/277/11
29 de octubre del 2011
RESALTA GAM LA RIQUEZA HISTÓRICA Y EL ARTE FUNERARIO DEL CAMPOSANTO DEL TEPEYAC
· En el panteón reposan los restos del ex presidente, Antonio López de Santa Anna; del poeta Xavier Villaurrutia; de Manuel Orozco y Berra y del coronel Miguel López.
· También yacen los restos de Delfina Ortega, sobrina y prima esposa del general Porfirio Díaz.
· En la Ciudad de México es el único camposanto construido en la época Virreinal que aún se encuentra abierto.
· Con más de un siglo de antigüedad, la escultura conocida como “El Angel del Silencio”, creada en 1896 por el artista italiano Giulio Monteverdi, se encuentra “embodegada” en el mausoleo de los descendientes del Marqués Miguel de Berrio y Saldívar.
· “El Angel del Silencio” no está considerada entre las piezas que pueden admirarse como parte de los recorridos guiados en el museo de sitio de dicho cementerio.
Héroes y villanos; liberales y conservadores; pensadores y artífices del porfiriato; pintores, músicos y poetas románticos e idealistas yacen en el histórico Panteón del Tepeyac, junto a familias acomodadas de una sociedad que se debatía por otorgar al joven país un rostro de modernidad.
La rica y compleja historia de México durante el siglo XIX y principios del XX se hace presente en el Cementerio del Tepeyac, que también resguarda el conjunto de monumentos artísticos funerarios y que son una muestra indiscutible del sentir de la época y conservan su contenido antropológico y su vigencia artística hasta el día de hoy.
Es el único camposanto de la Ciudad de México construido en la época virreinal que aún se mantiene abierto, cumpliendo las funciones para las que fue creado.
Su historia inicia en los primero años del Siglo XVIII, estrechamente vinculada a la Capilla del Cerrito y a la casa de ejercicios espirituales anexa.
Era costumbre de la época que las naves y los atrios de las iglesias se utilizaran para dar sepultura a los fieles, pues se pensaba que de esta manera quedaban protegidos por la santidad del lugar hasta que sonaran las trompetas del juicio final.
Por tratarse de un templo edificado sobre la ladera de un cerro, las primeras tumbas se dispusieron de forma lateral a éste, debido a que el espacio frontal resultaba muy reducido para acoger a los numerosos grupos de peregrinos que lo visitaban. Fue elegido por las familias devotas de la Virgen de Guadalupe para enterrar a sus deudos.
En 1859 quedó bajo la administración del ayuntamiento capitalino. Doce años después, cuando los cementerios ubicados dentro de los límites urbanos fueron clausurados, se determinó que el de la Villa de Guadalupe los sustituyera.
Esto podría explicar la presencia de reconocidos miembros del partido liberal en sus patios.
Durante el Gobierno de Porfirio Díaz se les hicieron importantes ampliaciones y se construyó este edificio, tal vez porque aquí yacen los restos de Delfina Ortega, su sobrina y primera esposa.
Entre los monumentos funerarios más cautivadores y con más de un siglo de antigüedad, la escultura conocida como “El Angel del Silencio”, creada en 1896 por el artista italiano Giulio Monteverdi, se encuentra “embodegada” en el mausoleo de los descendientes del marqués Miguel de Berrio y Saldívar.
Cuenta la leyenda que al golpear cualquiera de sus alas, la pieza emite un prolongado y embelesante sonido musical. Esta escultura realizada en un solo bloque de mármol de Carrara no está considerada entre las piezas que pueden admirarse como parte de los recorridos guiados en el museo de sitio de dicho cementerio.
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